viernes, 4 de febrero de 2011

Personalizando el personaje.



Nuestros personajes, nuestros Cuarteles Generales en 40K, són una parte importante, muy importante, de nuestro ejército. 

Para empezar, suelen ser miniaturas de metal más detalladas que los soldados rasos, con equipo especializado para el cuerpo a cuerpo, en la mayoría de los casos aclararé para que no se me quejen Taus y contadas excepciones como los tecnomarines o videntes, y los líderes del ejército. Además, un ejército suele pivotar sobre el personaje, ya que este le da carácter a sus camaradas, sea con sus reglas especiales o solo por su aspecto de hermano mayor de los demás.

El ejemplo de personaje por excelencia es el personaje especial. Abaddon, Typhus, Kharn, Marneus Calgar, Pedro Kantor, Mephiston, Lelith Hesperax, Asdruval Vect, O'Sovah, El Portador de la Noche, Los Señores Fénix, Eldrad Ulthran, Logan Grimmar, Manohierro Straken, Yarrik y su némesis Gazkull Mag Urug Trakka... y así un sinfín. Todos los personajes especiales le confieren al ejército una fuerte cohesión. Lo sitúan en un ambiente firme, ya que són personajes oficiales de la GW que permiten anclar nuestro ejército en un momento temporal concreto, en un espacio concreto y unos problemas concretos. Esto es así practicamente de modo indistinto, a excepción de personajes como Abaddon, Asdruval Vect o Bjorn Garra Implacable, que por su historia pueden luchar a lo largo y ancho entre los milenios 30 y 41. 

Con sus reglas especiales, un personaje nos permite modificar el ejército neutro para moldearlo alrededor de los puntos fuertes del personaje... aunque falta saber si cojemos el personaje porque nos gusta el ejército que nos da o tenemos el ejército que nos dá porque nos gusta el personaje. Ambas opciones son buenas y nada criticables.

Pero, en el fondo, no me interesan tanto los personajes independientes. Un personaje independiente es un plato precocinado que solo hay que calentar en el microhondas. Y esos platos sientan bien, no lo niego, y yo me tomo alguna ración de Typhus. Me interesan más los personajes mundanos. Que no por eso clónicos.

¿Que cosas deberían influir a la hora de crear un personaje? Es mi opinión, obviamente, y cada uno la toma o la deja, o hace un 50-50, lo que quiera... pero yo a la hora de hacer un personaje sigo dos caminos: el concepto - miniatura o el miniatura - concepto. Lo único que les diferencia, y la gran diferencia, es el orden de los dos pasos que se me antojan indispensables para el personaje.

En concepto - miniatura, lo primero que passa por mi cabeza es la imagen del personaje. Situemosle en un lugar del espacio, otorguemosle un caracter, pernsemos sus azañas (¡o actos viles!), sus desgracias, sus puntos fuertes y los flojos, sus fovias y sus valores, demosle una historia. En este caso, el orden no importa en exceso. Despues de eso, hay mas cosas a tener en cuenta. ¿Es el líder de mi ejército o un subdito de mi señor supremo? ¿Que importancia tiene dentro de la historia global de mi ejército? Una vez pensado todo esto, solo hay que buscar la miniatura adecuada para representarlo, hacerle las modificaciones, o transformaciones, que creamos oportunas, y et voilà.



Este es un ejémplo mediocre, pero que tengo a mano. La miniatura lleva transformada ya 3-4 años, y pintada poco más de uno. Tenía claros 3 conceptos: el señor tenía que ser de elegído de Khorne, estar cerca de la demonicidad y ser un orgulloso que menospreciara a sus rivales. No pense mucho más en ello, ni lo plasme en ningún lado. El personage per se nació en una época en la que no jugaba nada y solo mataba algún rato, así que no lo ubiqué en el entorno de 40K, aunque me imaginaba que sería cercano a Abaddon y que lo habría ayudado en la decimotercera cruzada. Pense que aparte de los cráneos del icono personal,  y el de la pata, otro más no le haría daño. Además, tiene una hombrera roja, como los bersekers de la legión negra. La demonicidad cercana la represente con la cabeza de la matriz de mutaciones con cuernos, que además junto al hecho de empuñar dos espadas me daba la sensación de menosprecio por el rival, al que mira desafiante con sus dos armas demonio. Antes, a efectos de juego, iba con espada oscura y arma de cuerpo a cuerpo y ahora con arma demonio.

Antes de dejar de lado mi ejército de la legión negra para dedicarme única y exclusibamente a Nurgle, pensé en representar su demonicidad con el príncipe demonio de Juan Diaz.



El otro modo, que no por ello peor, es encontrar la mini i representar al personaje luego. ¿Que me inspira una miniatura? A partir de ella, su gesto, su aspecto, su equipo, sus adornos... forjarle la historia, carácter, etc. Personalmente, me es mas sencillo a mí así, hacerlo a posteriori. Por ejemplo, con mi otro príncipe demonio. Primero solo me lo compre porque lo necesitaba para ir a un torneo con dos príncipes por su efectibidad, pero ahora ando dándole vueltas a la cabeza sobre este sujeto.


Actualmente no esta así, lo he retocado, pero no tengo imágenes mas nuevas. El simple prínicpe demonio ha ido ganando conceptos en mi cabeza. Para empezar, su nombre y títulos: Arlias Schriede, Déspota de Ichoria, Alto Traidor al Ordo Heréticus, Excomulgado. Empecé por el nombre, seguí con el concepto del múndo que governaba... y lo demás fue cayendo uno junto a otro. Actualmente, es un antiguo inquisidor, que ha entregado a Nurgle a todo un capítulo de la vigesimoprimera fundación y toda la población de un planeta para librarse de la enfermedad de la vida. Es la pieza central sobre la que gira la historia de mi ejército, y aunque uso a Typhus y este es mas poderoso que él en tablero, no puede ser así transfondísticamente, entre otras cosas porque el Typhus que uso yo no es el del transfondo al no ser yo Guardia de la Muerte... tengo la intención de, a la larga, sustituir este príncipe demonio por la mole de metal del príncipe demonio de Nurgle.

Un paso más que se me ocurre, es la adaptación de personajes especiales: un amigo mio usa a Pedro Kantor con Ultramarines. Modificó con masilla los símbolos de los puños por las omegas invertidas de los ultramarines, lo sitúo en algún punto anterior a marneus calgar como señor del capítulo... y poco más. Simple y efectibo como un martillo.

En conclusión, creo que merece la pena perder un tiempo para pensar en los personajes. Más teniendo en cuenta la infinidad de momentos disponibles, sea en el metro, mientras se cocina, etc... para que nuestros personajes no sean simplemente "Capitán con Arma reliquia y Escudo tormenta", sinó "Trajannus, capitán de la 5a compañía de los Novamarines, equipado con la espada bendita "Orgullo de Guilleman" y escudo tormenta".

1 comentario:

  1. Ese toque es lo que hace atractivo a warhammer. Yo por ejemplo mi capitán con martillo trueno (mini de los señores del capítulo) es el capitán Sendini de la 5ª compañía de los AS "el castigademonios" que tras un roce con un Avatar eldar dejó su espada de energía para atollinar todo bicho gordo con su martillo jajajaja. Por otro lado tengo mis raticas comandadas por Rakoto que intenta usurpar todo plagaskaven y ser el único governante.
    Buen post sí señor

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